A medida que las economías de todo el mundo están pasando apuros con la crisis económica que ha desencadenado el COVID-19, las Naciones Unidas hicieron hoy una llamada a adoptar medidas robustas que puedan garantizar la estabilidad económica.

La comunidad global ha ofrecido suspensiones parciales de deuda a 76 países de bajos ingresos y el FMI ha ofrecido servicios de ayuda con deudas a 25 de los países más pobres. Estos no cubren deudas comerciales y multilaterales o países con ingresos medios y no serán suficientes para evitar el impago.

Las dificultades para afrontar serán un obstáculo para los países para combatir la pandemia del coronavirus y supondrán un desvío a la hora de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En su último informe sobre deuda, publicado en el día de hoy, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (ONU DAES) presenta opciones para una paralización total de servicios relativos a deuda bilateral, multilateral y comercial para todos los países en desarrollo que lo soliciten, incluyendo países de ingresos medios. Estas medidas podrían ser facilidades crediticias centrales para países que soliciten ayuda, gestionadas por una institución financiera internacional. El informe, no obstante, no hace una llamada universal a una moratoria para todos los países de ingresos medios ya que esto pondría en riesgo su acceso a los mercados financieros.

Las moratorias darían tiempo a los países para concebir soluciones de deuda sostenible, para “reconstruirnos mejor”. El informe también presenta otras propuestas alternativas para ayudar con la deuda, señalando sin embargo que esta ayuda debería formar una parte más amplia de las estrategias de financiación y de recuperación que tengan en cuenta las necesidades de inversión para los ODS, como por ejemplo acuerdos marcos financieros a nivel nacional integrados que cada país lidere.

La crisis del COVID-19 ha puesto de manifiesto las lagunas en la arquitectura actual de la deuda soberana internacional actual que debería abordarse una vez el mundo se recupere. Es una oportunidad para que la comunidad internacional se una bajo el auspicio de las Naciones Unidas, que sin ser un acreedor se presenta como un foro neutral para el diálogo inclusivo entre los deudores y acreedores soberanos y otras partes interesadas para debatir cómo seguir adelante.

Fonte: Un.org


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